9.4.08

X. Estado Anarquista

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CAPITULO X

LA DOCTRINA ANARQUISTA DEL ESTADO

I. Antecedentes históricos

1. Notas Preliminares

No había sido considerada en el plan de temas estudiados en "Mito y realidad del Estado", la doctrina elaborada por los filósofos del anarquismo, entre los cuales se encuentran sobresalientes figuras de la Filosofía, la Sociología, la Literatura y otras ciencias.

Decimos que nunca entró en nuestros cálculos el estudio del Estado conforme las ideas anarquistas, porque éstas no constituyen un cuerpo sólido de doctrinas científicas, siendo su pretensión inmediata la disolución o destrucción del Estado para darle vigencia a la vida individual más caprichosa y desorganizada, lo cual resulta ser una de las más imposibles utopías imaginadas por el cerebro humano.

Es tan escasa la importancia que se le concede al anarquismo en la Filosofía Política o en la Historia de las Ideas Políticas que no es tratado como un cuerpo de doctrina uniforme, sino de manera particular, en cada uno de sus partidarios, siendo pocos de ellos los que elaboraron algunas exposiciones un tanto vagas acerca de la concepción filosófica del Estado.

Nosotros trataremos de hacer una breve imagen de este problema con el fin de dejar completo el enfoque del tema del Estado.

2. Antístenes

A nuestro juicio el más lejano y puro antecedente histórico del anarquismo se encuentra en la filosofía individualista de Antístenes de Atenas (444-365 A.C.) que fue discipulo de Gorgias, el sofista enemigo de Sócrates. Después de la muerte de Gorgias se quedó predicando en el Gimnasio "Cynosargos" (templo del perro blanco) de donde procede el nombre que se le dio a esta escuela: la escuela de los cínicos (de los perros). Pero también tal nombre coincidía con el género de vida que predicaba Antístenes y sus seguidores, pues en sus expresiones hablaban de una vida sencilla como la del perro, y en general, libre y desfachada como la de cualquier animal.

Antístenes escribió un libro llamado "Sobre la Naturaleza de los Animales" en donde se señalaba muchos modelos de vida o ejemplos para delinear la conducta humana, la cual debía regirse por sí sola, en atención solo de sus instintos naturales.

En otros escritos suyos aludía personajes históricos que vivieron con sencillez, como Ayax y Ulises; y entre los personajes míticos de la era heroica cita a Hércules, el personaje fabuloso que soportando fatigas desmedidas logra realizar proezas admirables convirtiéndose para los secuaces de la escuela cínica en un verdadero símbolo por la sencillez de sus constumbres y la fortaleza de sus empeños. Así el sabio cínico debe vencer los placeres y los dolores y por encima de ellos afianzar la fuerza de su ánimo.

En otro aspecto de su doctrina, Antístenes afirma que no hay más realidad que la corpórea, en oposición a la teoría de las ideas de Platón. Para los cínicos lo que el hombre debe buscar es la felicidad y ésta se encuentra en la práctica de la virtud. La virtud es completa por sí misma: no existe nada fuera de ella. Según ellos, lo que los hombres llaman "bienes", son "males", porque en la realidad las cosas los apartan o los distraen con sus placeres y encanto de la virtud. El hombre debe procurar libertarse de las necesidades que lo esclavizan, es decir, de la sencillez y de la fortaleza de ánimo individual.

El hombre debe libertarse de toda vinculación social y bastarse así mismo en la vida. Respecto de la religión la escuela de Antístenes sostenía que "según la ley hay muchos dioses; pero según la naturaleza sólo hay uno". En esto seguía a Sócrates.

El ideal de la escuela cínica es el desdén y la renuncia de toda costumbre, hábito, contrato, convención y uso humanos y el retorno total a la naturaleza, a la limpia, pura y sencilla vida natural. El ideal social de los cínicos era una vida comunitaria, sin familia, en donde existiera la comunidad de las mujeres y los hijos no distinguiesen padres sino que fueran todos reconocidos como pertenecientes al grupo.

El ideal económico era la pobreza y el político era el cosmopolitismo, o sea, la comunidad universal o fraternidad humana. La práctica de la escuela cínica se extendió por las ciudades-estados griegos, manifiestamente por medio de pandillas de mendigos que pululaban con sus signos distintivos, la capa, la alforja y el bordón.

El movimiento fue consumiéndose a través de los años y no dejó huellas en el pensamiento filosófico más que las que había formulado Antístenes, pues los discipulos de éste desatendieron la indicación de Sócrates de amar a la pobreza para ser libre en la investigación científica.

Los más notables seguidores de esta escuela son Diógenes de Sínope y Crates de Atenas.

3. Diógenes

El más fiel seguidor de Antístenes fue Diógenes de Sínope (413-323 A.C.) que llevó su conducta personal a los extremos de lo absurdo por su radical individualismo. Este filósofo opinaba que la felicidad sólo podría encontrarse viviendo conforme a la naturaleza, en completa libertad, sin sujeción a la ley, sino acomodado únicamente a las leyes naturales, como los animales, como el perro. De allí que su doctrina sea llamada "doctrina cínica" o cinismo que significa desvergüenza.

Predicaba el desprecio de la riqueza y las convenciones sociales como la familia, la sociedad, el Estado, etc.. Era hijo de un acaudalado prestamista; su padre además era un intendente de finanzas, tareas en las cuales fue instruido el filósofo. Acusado éste de malversación de fondos, huyó de su país, Sínope, y desde entonces adoptó una vida errante por distintas partes de Grecia.

Se le atribuye una existencia sin leyes, despreocupada, sin familia, sin amigos, sin relaciones sociales, considerándolo unos como un despreciable lépero u otros como un asceta. Entre las anécdotas que se encuentran de él, anotaremos las siguientes: Se masturbaba ante la gente para demostrar que no era necesario tener mujer; vivía, o mejor dicho, dormía dentro de un tonel; andaba descalzo en todas las estaciones del año; pedía limosna a las estatuas de los dioses, para demostrar que éstos no tenían poder y que no se fijaban en las tribulaciones de sus adoradores; rompió el huacal con que bebía agua cuando vió que junto a él un mendigo lo hacía con la palma de las manos; pidió a sus discipulos que su cadáver fuera arrojado a un barranco para que los buitres lo devoraran.

4. Crates de Tebas

Otro seguidor antiguo de la escuela cínica fue Crates de Tebas era hijo de un acaudalado hombre de negocios; y él por sí mismo había acumulado una buena fortuna. Habiendo adoptado la doctrina de la escuela cínica renunció a sus comodidades y adoptó la vida mendigante de los cínicos, en la cual fue acompañado por su mujer Hiparquia hasta el fin de su vida.

III. El Anarquismo en la Literatura

En los dominios de la literatura las ideas anárquicas han tenido su repercusión e impotancia. Célebres escritores se han extrovertido através de sus personajes, dejando entrever el trasfondo de su conciencia individualista, o por lo menos, los perfiles de sus ideas sobre el gobierno y la justicia entre los hombres.

1. Miguel de Cervantes

La primera de estas celebridades de la literatura universal que ha exteriorizado en sus obras el anarquismo, es Miguel de Cervantes Saavedra y las obras en que expone esta clase de ideas son "La vida del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha", "Trabajos de Persiles y Segismundo" y "Pedro Urdemales".

El problema de la justicia, de las leyes y del gobierno en las obras de Cervantes Saavedra, ha preocupado a la Real Academia Española de la Lengua, al eminente sabio español Marcelino Menéndez y Pelayo, al abogado Niceto Alcalá Zamora, uno de los presidentes de la Segunda República Española y a otras eminencias del pensamiento jurídico y literario de España y de América.

Don Quijote era un personaje que hacía la justicia por sus propia mano y por su propio arbitrio. Corregía o intentaba corregir todo entuerto ya fuera contra un particular o contra cualquier autoridad siempre que lo creyese oportuno y necesario.

Para la Real Academia y para Menéndez y Pelayo don Quijote es un "anacrónico defensor individualista de la justicia", siendo el término individualista sinónimo de "defensor privado". Don Quijote hizo sus correrías en tiempos en que ya había legislación con jueces y magistrados y príncipes que la aplicaban. Alcalá Zamora encuentra cuatro puntos esenciales en la "flaqueza judicial" de Don Quijote.

Esos cuatro puntos esenciales son:

i. Falsa apreciación de las cosas debido a su extravío mental (falta de lógica jurídica);

ii. Sustitución de la justicia pública por la justicia privada;

iii. El desconocimiento de la prueba objetiva para decidir la pertenencia del derecho, imperando la voluntad subjetiva del caballero de la Mancha; y

iv. La coacción ilusoria, es decir, la falsa creencia que tenía el manchego de que su voluntad se imponía porque su fuerza era temida y obedecida por todos.

Estos elementos son rasgos de un verdadero anarquismo que se ejemplifica en los casos de la liberación de los galeotes, la defensa del joven Andresillo que era azotado por su patrón Haldudo; la aprobación que hace como neto de justicia cuando el capitán de los bandidos distribuye el botón entre los ladrones, etc..

2. Escuela Picaresca y otros literatos anarquistas

a) Toda la Escuela Picaresca trata de personajes "sin Dios y sin ley" que buscan el provecho propio a costa de acciones desvergonzadas en contra de toda persona y sin respeto ni conocimiento de autoridad alguna. "Pedro Urdemales", de Cervantes; "Guzmán de Alfarache", de Mateo Alemán; "El Buscón" de Francisco de Quevedo, etc. todos son personajes anárquicos.

b) Julio Verne (1828-1905) que realmente era anarquista, expresó sus ideas, fundamentalmente, en su obra "Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino" y en "La Isla Misteriosa" en donde pinta al Capitán Nemo como un verdadero anarquista que huyo de la sociedad y se gobierna según sus propias intenciones y propósitos.

c) Daniel De Foe (1660-1731) el escritor Inglés, en su novela "Robinson Crusoe" expone también un ideal anarquista al relatar que aquél individuo pudo vivir sólo, lejos de la sociedad corrompida, durante treinta y cinco años, en una isla lejana.

d) Otros literatos afiliados al anarquismo son: Eugenio Sue, autor de "El Judío Errante"; León Tolstoi, creador del anarquismo basado en las ideas del cristianismo; Eliseo Reclús, sabio geógrafo Frances; Juan María Guyeau, filósofo francés partidario del individualismo voluntarista del pensamiento Nietzchiano, etc..

IV. El Anarquismo Político

1. Etimología y fundamentos filosóficos

Ante todo veamos el significado de la palabra "anarquismo". Este vocablo, de estricta procedencia griega, significa "sin gobierno, sin autoridad, sin poder" (a: sin; arkeo: poder). Lo contrario del anarquismo es el "sinarquismo" que quiere decir "con poder", del griego (sin: con; arkeos: poder).

Los fundamentos filosóficos del anarquismo político descansan en dos ideologías opuestas: Una, el individualismo racionalista francés preconizado por los teóricos de la Ilustración o Enciclopedistas; y otra, el idealismo alemán, derivado de aquél, y cuyo máximo desarrollo tuvo su expresión en la doctrina de la dialéctica Hegeliana.

Veamos estas dos ideologías.

2. El racionalismo individualista francés

El racionalismo francés se basa en un concepto moral "a priori": el Hombre, a diferencia de todos los otros seres de la naturaleza, está dotado de RAZON; y de ésto se desprende que, sea cual fuere su origen o cualesquiera que fuesen sus capacidades y su situación social, está facultado por la naturaleza a gozar de ciertos derechos inalienables e imprescriptibles, anteriores y posteriores a toda organización política.

Esta es la concepción racionalista del derecho natural y universal, sobre la cual descansa la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Pero el individuo, sujeto de estos derechos, es de una naturaleza contradictoria: es, al mismo tiempo, sociable y egoísta. Como ser sociable busca la relación con sus semejantes y tiene por ideal el altruismo, el sacrificio por la comunidad; como egoísta, busca el provecho propio, el desdén de los derechos ajenos. Aquí se origina la lucha social de todos contra todos dando como lógica consecuencia el sacrificio de las libertades individuales. Se crea enstonces el Estado con base en el Contrato Social, en cuya justificación y explicación Juan Jacobo Rousseau admite que los hombres se reunieron para convenir "una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común a la persona y los bienes de cada asociado y por la cual cada uno, al unirse a todos, NO OBEDEZCA, sin embargo, "MAS QUE A SI MISMO Y PERMANEZCA TAN LIBRE COMO ANTES" (Las mayúsculas son nuestras). El racionalismo individualista llevaba en sus propias entrañas la noción viva del anarquismo.

3. El idealismo absoluto alemán

La influencia del idealismo absoluto alemán, globalizado en la corriente sistematizada de Jorge Guillermo Federico Hegel, en la construcción del anarquismo se percibe claramente en el alemán Max Stirner, en el francés Pedro José Prudhon y en el ruso Miguel Bakunín.

Según la concepción hegeliana, la realidad objetiva, la naturaleza, no es más que una creación del Espíritu. Esto quiere decir, que la naturaleza y el hombre, el objeto y el sujeto, que aparecen separados, u opuestos, o independientes el uno del otro, se reencuentran en unidad esencial que es la idea absoluta o el Espíritu. De este Espíritu todo emana, todo surge y todo vuelve a él después de ese tiempo de prueba que es la historia del mundo. Ese Espíritu infinito es la suma de todos los espíritus finitos y es superior a éstos. Pero ese Espíritu sólo se realiza gracias a la toma de conciencia progresiva de los espíritus finitos, o sea el Espíritu humano que ha logrado tener conciencia plena de sí mismo. Hay pues, en el sistema hegeliano, un equilibrio entre dos tesis fundamentales acerca de la constitución o naturaleza del Ser: la inmanencia, que significa que el ser es uno en sí mismo; y la trascendencia que implica que este ser se multiplica por sí mismo.

El ala izquierda hegeliana, se afilió al inmanentismo o monismo del cual se derivaron tres líneas ideológicas extremas y divergentes: La corriente sostenida por Luis Fehuerbach en "La Esencia del Cristianismo", que sostiene que el Espíritu se humaniza, se hace hombre, a lo cual Bruno Bauer añade en su "Crítica Pura", que ese Hombre hace Espíritu humano; La corriente establecida por Max Stirner en su obra "El Unico y su Propiedad" en la que sostiene la tesis del Yo único que es en donde se eslabonan los argumentos fundamentales del anarquismo; y la línea establecida por Marx y Engels que superaron el monismo idealista con la estructuración de la filosofía del materialismo histórico y del materialismo dialéctico, cuya tesis general estudiaremos en el siguiente capítulo de esta obra.

El alemán Max Stirner, seudónimo de Juan Gaspar Schmidt (1806-1856) representa el individualismo anárquico libertario en contra del universalismo de Hegel que pretendía absorver completamente al individuo. Esta es la tesis fundamental de Stirner: "la única realidad y el único valor es el individuo o sea, el egoísmo absoluto". El individuo es "único e irrepetible", es la medida de todo. Subordinarlo a la religión (a Dios), a la sociedad (al Estado), al hombre mismo (la cultura), etc.. Someterlo a cualquier ideal que lo aliene, es sencillamente contraponerlo a algo que lo sometería a la esclavitud.

3. Anarquismo y liberalismo

El anarquismo político surge como una reacción adversa al liberalismo proclamado y establecido por la Revolución Francesa de 1789. El liberalismo, como doctrina política, sostiene que el individuo es un fí en sí mismo y que todas las demás formas sociales y políticas sólo han sido creadas para contribuir al total y pleno desarrollo de aquél; y dencansa tal ideología, en los "principios eternos de la libertad, la igualdad y la fraternidad".

Pero los fundadores del anarquismo ven que esa libertad proclamada con tanta altisonancia, es un espejismo: por una parte, el libre juego de la competencia aplasta a los que no están suficientemente preparados para defenderse y a quienes no se les concede oportunidades para obtener esa preparación; y por otra, si bien la conservación de la propiedad privada garantiza la independencia de quienes la poseen, en sentido contrario reducen a la dependencia y hasta la esclavitud a los que nada tienen. En consecuencia, lo que impera en la sociedad liberal es la esclavitud económica y no la proclamada libertad individual. En cuanto a los otros principios se pone de relieve en el flujo de la vida social, que impera la más injusta desigualdad entre los hombres y una enconada lucha de clases en vez de relaciones fraternales entre ellos.

Como se expone, el liberalismo padece de nacimiento de una contradicción insalvable, que dio origen a tres posiciones ideológicas completamente diferentes, aunque adversas al sistema liberal: el anarquismo cuyo punto de vista acabamos de exponer; el de la reacción contrarrevolucionaria representada por Joseph de Maistre y otros; y la orientación revolucionaria marxista. Estas dos últimas son tratadas, con alguna extensión, en otros capítulos.

La doctrina anarquista reprocha a la Revolución Francesa no haber llegado hasta las últimas consecuencias de su programa: en vez de construir una sociedad justa, humanitaria e igualitaria, fortalece, por el contrario, la absurdidad del Estado. En sentido inverso, los anarquistas sostienen que la vida social jerarquizada se ha de oponer a los principios reconocidos por el liberalismo, los cuales, aplicados en el dominio político, deben gobernar igualmente a la sociedad entera: la Sociedad debe ser modelada a semejanza del Estado, sin el estorbo de este aparato.

V. El Concepto Anarquista del Estado

1. Max Stirner

Stirner divide en dos partes su obra capital "El Unico y su Propiedad": La primera parte bajo el título de "El Hombre"; y la segunda con el de "YO". En esta obra al referirse al Estado, expone: El Estado y el Derecho sobre el cual descansa, se opone al Yo. El Estado es considerado como una institución sacrosanta, de esencia superior, estática, inmóvil e invariable: su reino está asegurado sólo en la medida en que se le considere como permanente y eterno. Por eso, el Estado es un obstáculo, una traba, para el dinamismo del Yo, que por el contrario, está en perpetuo movimiento y cambio y eternamente vivo y creador. Dice textualmente: "El Estado tiene un solo objetivo: limitar, dominar, sujetar al individuo, subordinarlo a algo general, sólo puede subsistir en la medida en que el individuo no es todo; no es más que la manifestación evidente de la "limitación" de "mí mismo", de mi restricción, de mi esclavitud.

Jamás un Estado se propone obtener la libre actividad del individuo; su fín permanente es la actividad que se refiere a su porpio designio". Y resumimos estas ideas sobre el mismo tema: Nosotros no nos dejamos engañar por el Estado; vemos en él un fantasma; el Estado es "Mi creación"; no le pidamos ningún derecho; contemos nosotros sólo con nuestra propia potencia. Con frase patética dice: "No exijo derecho alguno; por eso no estoy obligado a reconocer ninguno. Lo que soy capaz de conquistar, lo conquisto; y lo que no conquisto, escapa de mi derecho; no me vanaglorio de mi derecho inalienable, ni me consuelo con él". En resumen, Stirner niega el Estado, niega la Sociedad porque imponen deberes y obligaciones y se pronuncia por su destrucción o transformación en "asociación libre" en donde se desarrolle el numen creador del Yo".

2. Proudhon

Pedro José Proudhon (1809-1864), no es el más brillante de los teóricos anarquistas; pero sí uno de los que más llegaron al sentimiento popular, sobre todo con aquella su famosa expresión de que "la propiedad privada es un robo".

En efecto, al referirse en su libro sobre ese tema, expone que el derecho de ocupación es injusto y bárbaro puesto que excluye, en beneficio del primer ocupante, el derecho del que llega de último. La propiedad ni siquiera puede valorarse como "utilidad pública", puesto que siempre va acompañada de un cortejo de miserias que dañan a la sociedad en general y a los individuos en particular: huelga, sobreproducción, quiebras y ruinas... Pero también ataca la propiedad colectiva o comunista y se pronuncia por el derecho de "posesión", o sea una especie de "propiedad relativa" que excluye toda explotación mediante un riguroso control de la Sociedad.

Para Proudhon, el faro luminoso que guía a la Sociedad y al individuo, es la JUSTICIA, la cual es "inmanente", sin referencia alguna con cualquier autoridad superior que pretenda imaginarse; no está supeditada al individuo ni a la Sociedad, sino que reviste un halo trascendente; es concebida como emanación de la divinidad, es religiosa. La condena del Estado es un resultado de la aplicación rigurosa de la
Justicia. El individuo, o los individuos, libres y respetuosos de sus libertades, contratan libremente conforme sus principios e intenciones.

El Estado, en cambio, construido sobre normas jurídicas que le son propias y que escapan al poder de los individuos, CARECE DE TODA BASE LEGAL. Toda autoridad es opresión, todo poder superior es dominación absoluta; la autoridad es la sujeción del individuo, ya sea defendida por conservadores o socialistas, siempre dará el mismo resultado. "El gobierno del hombre por el hombre es la servidumbre". En síntesis, Proudhon exalta "la libertad absoluta del individuo".

3. Bakunin

El ruso Miguel Bakunín (1814-1876) es otra de las grandes figuras del anarquismo europeo y mundial. Se caracteriza por predicar y practicar "la acción violenta en vez de la crítica pasiva contra la sociedad y el Estado".

Bakunín es abiertamente ateo, el más radical de todos los anarquistas. Se declara enemigo personal de Dios. Sin embargo, en su obra "Drama del humanismo ateo" afirma que la religiosidad contribuyó a sacar al hombre de la esclavitud animal; pero ahora es necesario liberarlo de la esclavitud religiosa. En esta obra sobrepasa el pensamiento o tesis sostenida por Luis Feuerbach quien afirma en "La Esencia del Cristianismo": "El giro de la historia se producirá en el momento en que el hombre tome conciencia de que el único Dios del hombre es el hombre mismo". "Homo hominideus". Este concepto es rebasado por Bakunín cuando amplía: "Si Dios es el hombre, es esclavo; ahora bien: el hombre puede y debe ser libre: por lo tanto, Dios no existe".

El Estado ha surgido de la religión. Si los representantes de la divinidad sobre la tierra han sido investidos de un poder absoluto y casi divino para dominar y sujetar a los hombres, derivándose de allí el poder opresivo del Estado sobre los mismos súbditos, es indudable que el Estado es una institución nefasta y abominable. No obstante, reconoce que, igual que la religión, sirvió para sacar al hombre de la animalidad; pero ahora es una institución obsoleta que hay que destruir. Dice Bakunín: El Estado no es una institución absoluta, definitiva; "es una institución histórica, pasajera, una forma transitoria de la sociedad".

El Estado lleva en sí mismo todos los males inherentes a la alienación. Por una parte, esclaviza y envilece a los gobernados; por otra, desmoraliza y corrompe a los gobernantes. La disolución del Estado se realizará en nombre de la libertad. Mientras las teorías anarquistas de Stirner y de Proudhon son contemplativas, teóricas, más bien reflexiones filosóficas, la de Bakunín es exlatada, altisonante, románticamente conducida a la violencia y a la destrucción: al terrorismo individualista. Para Bakunín la Revolución es "como desencadenamiento de todo lo que hoy se llama malas pasiones y destrucción de lo que en la misma lengua se denomina orden público".

4. Concepto anarquista del "contrato social"

El anarquismo rechaza toda autoridad como contraria a la libertad individual; en consecuencia, rechaza la autoridad del Estado. Y para sustituir el apremio, coacción o coerción que éste emplea para mantener el orden social, la teoría anarquista propone: La vida social debe descansar sobre relaciones jurídicas voluntarias, o sea, sobre un contrato libremente convenido entre los interesados. Las clausulas de este contrato deben ser provechosas para todos los individuos de la comunidad y por lo tanto ser cumplidas por todos con entera libertad.

No es igual que el "Contrato Social" de Rousseau. Este no es más que una ficción que ha conducido a la alienación del individuo puesto que en virtud de él, cada ciudadano ha enajenado totalmente su libertad y en general todos sus derechos. En el contrato anarquista los individuos no pierden su libertad, según lo afirma Proudhon en su obra "Idea general de la revolución en el siglo XIX".

Según la teoría anarquista del "Contrato Social", al extenderse éste se llegará a la FEDERACION (o federalismo), que es una especie de subsunción de todas las voluntades, por medio de la cual se fundirá, disolverá o se reemplazará la organización del Estado.

Para concluir sobre este punto hagamos una breve cita de "El Anarquismo", de H. Arvón, que sintetiza con bastante claridad los alcances de la idea del "Federalismo anarquista": "Una infinidad de contratos que se engrendran unos a otros y se equilibran tanto más fácilmente puesto que no son inmutables ni definitivos, sea en el plano profesional o en el general, o aún en el plano nacional y hasta en el internacional; he allí una estructura en apariencia caótica e incoherente; pero que gracias al mantenimiento del principio de la autonomía de la voluntad individual en todos los estratos, culmina en una unión libremente consentida, cuya existencia está por cierto mejor garantizada que la de unión impuesta". Y entresacamos otros párrafos del mismo autor: "El federalismo, en vez de sojuzgar la voluntad individual tal como lo hace el Estado, la multiplica al infinito. Esas federaciones sucesivas, federación corporativa, federación comunal, etc.. Se parecen a los círculos concéntricos que se forman como cuando una piedra cae en el agua. Todos tienen el mismo punto central: hasta la federación más amplia nace de la voluntad autónoma del individuo".

Dice Proudhon "Si pues el contrato que hago con algunos pudiera hacerlo con todos; si todos pudieran renovarlo entre sí; si cada grupo de ciudadanos, comuna, cantón, distrito, corporación, compañía, etc. formada por un contrato semejante y considerado como persona moral, pudiera luego, y siempre en los mismos términos, tratar con cada uno de los demás grupos y con todos, sería exactamente igual como si mi voluntad se repitiera al infinito. Estaría seguro de que una ley así forjada en todos los puntos de la República, con millones de iniciativas diferentes, no sería nunca otra cosa que MI LEY".

VI. El movimiento anarquista y el marxismo

1. El movimiento anarquista

Dadas las características limitadas de esta obra, nos es imposible estudiar otros aspectos del anarquismo ni siquiera considerar a otros de sus más destacados representantes en la teoría y en la acción. Temas o aspectos con el antisocialismo, antidemocratismo, antimarxismo, anticristianismo, las concepciones morales como la ayuda mutua y el egoísmo, etc. del anarquismo exceden los límites de este ensayo. Y, por lo tanto, tratar autores como Tolstoi, Nietzche, Gandhi, Pedro Alexander Kropotkin, Malatesta, Enma Goldman, etc. sólo podían caber en un "tratado" sobre la teoría de referencia. Para finalizar, pues, haremos una corta exposición sobre el movimiento del anarquismo y un enfoque global que el marxismo hace sobre el mismo.

El movimiento político anarquista nace en la misma época que el movimiento socialista científico preconizado por Marx y Engels: son ramas del mismo árbol genealógico, de la filosofía hegeliana. Pero ambos movimientos son opuestos: el anarquismo tiende a la exaltación del individuo, el socialismo a la exaltación de la colectividad.

La Primera Internacional de Trabajadores se fundó el 28 de septiembre de 1864 en el local de Saint Martin Hall de Londres, con el nombre de "Asociación Internacional de los Trabajadores", con fuerte influencia de la delegación de los obreros franceses que estaban muy inclinados a las ideas de Proudhon; pero este predominio de los proudonianos, en el transcurso de los años fue perdiendo su poder ante las ideas de los analistas marxistas hasta llegar a su extinción, en sucesivos congresos en los que el punto fundamental que se discute es sobre la "propiedad individual" propuesta por los anarquistas y la "propiedad colectiva" propugnada por los socialistas.

La tesis de los socialistas se impone en el Congreso de Bruselas (1868) en donde se acordó rechazar definitivamente la noción de la propiedad privada individual y sustituir el método de "la redención en la asociación libre y la cooperación bajo todas las formas" por la lucha social organizada contra los enemigos de la clase trabajadora.

En el año de 1868 ingresa Miguel Bakunín a la Internacional que era dominada por la tendencia marxista. Se entabla desde entonces una dura confrontación entre esta tendencia y la de Bakunín. Marx preconizaba el análisis científico sobre las condiciones sociales y económicas para determinar la orientación de la clase obrera hacia la lucha de clases y la toma del poder; Bakunín creía en la fuerza de la pasión. Esta lucha terminó con la expulsión de Bakunín y de su partidario James Guillaume en el Congreso de La Haya (1872) y con la transferencia de la sede de la Internacional a Nueva York, quedando dominada por la línea marxista.

2. Federaciones anarquistas

Inmediatamente después de esta expulsión, el moviento anarquista reúne sus cuadros en la pequeña población suiza llamada Saint Imier, situada en el Monte Jura del sector de Berna, en donde se organiza una nueva Federación Anarquista. En esta reunión estuvieron representados muchos países con delegados individuales así como los delegados de tres federaciones: la de España, la de Italia y la Suiza que fue llamada Federación Jurásica. Estas tres federaciones sobrevivieron a la Primera Internacional, por mucho tiempo.

a) La Federación Anarquista de España, según los expositores, se afianzó desde un principio del movimiento debido a que los españoles son partidarios del separatismo como lo han demostrado los vascos, los catalanes y otras provincias. Ya en 1872 el movimiento de Cataluña era muy fuerte y Barcelona era un centro importante de la Federación que se proclama "una libre federación de libres asociados de productores libres"; la cual contaba, entonces, con 236 sindicatos y veinte mil miembros.
La Confederación Nacional del Trabajo es la única organización obrera de España que después de la liquidación del sindicalismo revolucionario ha permanecido fiel a los ideales del anarquismo. Al comienzo de la guerra civil española (1936) contaba con cerca de un millón de miembros, tres veces más que la Unión General del Trabajo de inspiración socialista. Ahora el movimiento anarquista español está desarticulado.

b) La Federación Anarquista de Italia encontró su fuerza de masas en la desesperante situación de los campesinos y obreros debido a que, a consecuencia de la ocupación extranjera austríaca y otras causas internas, el gobierno se veía obligado a decretar constantemente impuestos y a subir los precios de los artículos de primera necesidad, lo cual era descargado sobre las masas trabajadoras del campo y la ciudad. Todo esto más o menos a partir del año de 1870. En esas condiciones el movimiento anarquista tuvo en la península itálica una gran aceptación, aunque no tan fuerte como en España. Tuvo este movimiento tres grandes líderes que son: Carlos Cafiero, Andrea Costa y Enrico Malatesta, todos seguidores de la tendencia programada por Bakunín: la agitación, la propaganda por la acción, el terrorismo individualista. Sin embargo, no hicieron nada notable, fuera de algunos eventos melodramáticos que no despertaron mayor severidad del gobierno. El movimiento anarquista italiano terminó por desaparecer.

c) La Federación Anarquista de Suiza, llamada Federación Jurásica, nació, como hemos dicho en 1872 y pronto se vio dividida en dos tendencias: la que sigue el pensamiento de Pedro José Proudhon, capitaneada por James Guillaume, periodista de tendencia moderada y apacible, que busca el logro de condiciones que favorezcan material y moralmente a los miembros de la Federación; y la tendencia que se apoya en las ideas de Miguel Bakunín, dirigida por Brouses, también periodista, redactor, dueño del "Diario La Vanguardia", que predicaba la acción violenta y el terror. Esta federación muy activa en sus comienzos, pero poco a poco se fueron retirando sus miembros que se afiliaron al movimiento socialista. El último Congreso de esta federación se celebró en 1880. A partir de entonces se desintegra y el movimiento se desplaza hacia Ginebra, en donde el anarquismo tiene como líderes al famoso geógrafo francés Eliseo Reclús y al príncipe ruso Pedro Alejandro de Kropotkín, quienes difunden sus ideas en el periódico "El Rebelde".

7. Enfoque Marxista del Anarquismo

Como hemos visto en líneas anteriores, el movimiento anarquista se enfrentó desde un principio con el marxismo: primero fue derrotado en la Primera Internacional el pensamiento de Proudhon y luego el de Bakunín, terminando con la expulsión de éste y de James Guillaume la liquidación de ese movimiento en la Asociación Internacional de los Trabajadores.

Marx y Engels, y después Lenin y Stalin, vieron en el anarquismo una tendencia política social pequeño burguesa que se caracteriza por su hostilidad a toda clase de autoridad o poder, inclusive al dominio de la dictadura del proletariado. Según los marxistas, esta tendencia respalda los intereses de la pequeña burguesía, la pequeña propiedad individual privada y la pequeña economía campesina que sirven para mantener conformes a los individuos en un estado de estancamiento y de resignación. Por lo tanto, se opone a la gran producción, al desarrollo económico y a la producción colectiva en cooperativas que tienden a ensanchar las fuerzas económicas y los vínculos sociales de la clase trabajadora. Además ignora la existencia de la fuerza económica de la clase burguesa o capitalista, la cual impulsa en la realidad las contradicciones sociales que oponen los intereses de la clase trabajadora con los de la clase capitalista.

La base filosófica del anarquismo es el subjetivismo, el individualismo, el voluntarismo. Esta crítica la señala Marx en sus "Anotaciones al libro de Bakunín El Estado y la Anarquía". Las teorías de Stirner, Proudhon y Bakunín son calificadas por los marxistas como doctrinas utópicas, sin consistencia científica.

Es cierto que el anarquismo se extendió en el siglo XIX con mucho entusiasmo en Francia, España, Italia, Suiza, etc.; pero, en el enfoque marxista, como es una doctrina vaga en todos sus aspectos, no ofrece soluciones concretas a las situaciones planteadas por la realidad histórica. Sus exposiciones no pasan de frases ampulosas y generales sobre la explotación de que son objeto los obreros de la ciudad y del campo, lo mismo que la temerosa e indecisa pequeña burguesía.

La teoría anarquista, según el marxismo, no comprende cuáles son las causas de esa explotación; ni la causa de la división de la sociedad en clases antagónicas cuya lucha es la fuerza propulsora de la historia de la humanidad; ni comprende, tampoco, que es imposible acabar con el Estado burgués de la noche a la mañana; ni que no es la voluntad individual la que impera en el mundo social, sino la voluntad aunada de los trabajadores en contra de la voluntad aunada de la burguesía, parapetada en el PODER DEL ESTADO COMO DICTADURA DE LA CLASE BURGUESA, en el mundo capitalista; no comprende que sólo con el fortalecimiento del Estado como DICTADURA DEL PROLETARIADO podrá construirse una sociedad socialista que velará a la vez, tanto por los intereses de la colectividad en general como por los derechos e intereses de los individuos en particular; y que este poder de la clase trabajadora es el único que, unido, puede derribar al capitalismo y al imperialismo capitalista en todas sus formas.

Para el marxismo, la incomprensión del anarquismo sobre el fundamento económico y clasista de la lucha política ha inducido a la clase trabajadora a asumir una actitud indiferente hacia los problemas sociales o a tomar actitudes violentas que ha contribuido a que la burguesía destruya sus acciones carentes de orientación y en definitiva, a subordinarla a sus dictados. En consecuencia, el anarquismo es una doctrina contrarrevolucionaria, tanto por sus concepciones filosóficas subjetivistas como por sus métodos irracionales de lucha.

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