9.4.08

VIII. Estado Fascista

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CAPITULO VIII

EL ESTADO FASCISTA

1. Elementos teóricos del Estado Facista

La teoría del Estado Fascista está expuesta en la obra titulada "El Fascismo", cuyo autor es Benito Mussolini (1883-1945) quien también fue Jefe del Pardito Fascista de Italia y Jefe del Gobierno Italiano desde 1922 hasta el año de su muerte en 1945.

La obra consultada es la que el mismo Mussolini redactara para la Enciclopedia Italiana y cuya edición española fuera prologada por José Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador español General Miguel Primo de Rivera) quien fue jefe de la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista.

La obra está dividida en dos capítulos: en el primero trata Mussolini las "Ideas fundamentales" de la doctrina fascista y en el segundo la "Doctrina Política y Social" del Estado Fascista.

El capítulo primero comprende los siguientes temas:

a) El fascismo como filosofía: el fascismo es práctica y pensamiento, acción animada por una doctrina y doctrina que ha nacido de un sistema dado de fuerzas históricas, al cual se halla íntimamente ligado y del que toma su impulso interior. Las contigencias de lugar y tiempo determinan en su forma; su contenido ideológico encierra verdades axiomáticas que lo elevan al rango superior del pensamiento humano.
En el Estado no existe ningún concepto que no sea fundamentalmente un concepto de la vida, un pensamiento vital. La intuición y la filosofía son sistemas de ideas que se traducen o bien en una construcción logicista o en una fé, o sea, que virtualmente se convierten en una concepción del mundo y de la vida.

b) Concepción espiritualista: Para el fascismo el mundo no es este mundo material en que el hombre es un animal egoísta, dedicado al placer momentaneo y gobernado por la ley natural de las apetencias sensuales, lo que de esta manera vive separado de los otros hombres y guiado sólo por sus instintos biológicos.

El hombre del fascismo es el individuo que a la vez es nación y patria. Esto significa la compresión de una ley natural que junta al individuo aislado con su generación en el doble juego de la tradición de las viejas generaciones y con la misión histórica que a cada generación le toca que cumplir.

c) Concepción positiva de la vida como lucha: El fascismo quiere un hombre activo, un hombre consagrado a la acción, con todas sus energías, un hombre viril, fuerte y conciente de las dificultades que se le presenten y con ánimo dispuesto para eliminarlas y superarlas.

El fascismo concibe la vida como la lucha que toca al hombre conquistar una existencia digna, estando, en primer lugar, la tarea de construir en sí mismo, el instrumento físico (de su cuerpo) y psíquico (moral, intelectual, político) para edificar la vida: es una concepción exacta para los intereses del individuo, de la nación y de la humanidad.

d) Concepción ética: El fascismo aspira a una vida seria, austera, consagrada al trabajo con un espíritu de religiosidad. La vida debe estar entregada por entero a las fuerzas morales y responsables del espíritu. El fascismo repudia y menosprecia la vida cómoda.

e) Concepción religiosa: El fascismo considera al hombre, desde el punto de vista místico, en su relación inmanente con una ley superior, con una voluntad suprema y objetiva que trasciende al individuo como tal y eleva a miembros conscientes de una sociedad espiritual.

El fascismo es no solo un sistema de gobierno, sino ante todo, un sistema de pensamiento.

f) Concepción histórica y realista: El fascismo concibe al hombre únicamente inmerso en el proceso espiritual del grupo familiar, de la sociedad y de la nación a que pertenece, los cuales verifican su proceso histórico en colaboración con las demás naciones. En este aspecto es de gran valor la tradición en las costumbres, las normas de conducta social, en el idioma, en la religión, etc.. El hombre es un ser nulo fuera del proceso histórico.

Políticamente el fascismo quiere ser doctrina realista y aspira a resolver en la práctica los problemas que se plantean históricamente, por sí mismo y que muestren o sugieran su propia solución.

g) Anti individualismo y libertad: El Estado fascista tiene una concepción anti individualista de las relaciones sociales. En ellas el individuo es, en cuanto coincide con el Estado, es decir, que el individuo realiza como una conciencia y una voluntad universales, en su existencia histórica.

El fascismo es partidario de la libertad en el sentido de que la practique el hombre real y no en el sentido que la predicaba de modo abstracto el liberalismo individualista... La única libertad de que puede hablarse es la libertad del Estado y la del individuo dentro del Estado. Para el fascismo todo está dentro del Estado: nada material ni espiritual están fuera del Estado.

En este sentido el fascismo es total, totalitario: El Estado fascista es la síntesis y unidad de todos los valores: él intepreta, desarrolla y patentiza toda la vida del pueblo.

h) Antisocialismo y Corporativismo: Para el Estado fascista no hay individuos ni grupos; es decir, el individuo solo, aislado, no cuenta; ni tampoco tienen existencia los partidos políticos, las asociaciones, los sindicatos, los gremios, las clases sociales, fuera del Estado. El Estado es fuente de los grupos en una unidad económica y moral que sirve los intereses generales de la nación.

Es contrario al socialismo porque éste paraliza el proceso histórico en la lucha de clases; se opone al sindicalismo clasista. Para resolver los problemas señalados por el socialismo y el sindicalismo clasistas, ofrece la organización del Estado Corporativo en donde los intereses contradictorios se concilian en la unidad económica y moral del Estado.

i) Democracia y Nación: Para el Estado facista los individuos constituyen las clases según la categoría de los intereses y se indican conforme las diferentes actividades económicas interesadas. Pero ellos constituyen el Estado, el cual no es ni el número ni la suma de los individuos que forman la mayoría de un pueblo. Por eso el fascismo es contrario a la democracia, porque ésta confunde al pueblo con la mayoría y lo equipara a ese nivel. El fascismo concibe el pueblo cualitativamente. Como idea moral, poderosa, coherente, verdadera, que se encarna en el pueblo mismo como conciencia de los pocos, o incluso de uno; como ideal que tiende a realizar en la conciencia y en la voluntad de todos. De todos los que por naturaleza e historia étnicamente constituyen una nación, siguiendo idéntica línea de evolución y de formación espiritual, como una sola conciencia y voluntad.

j) Concepto de Estado: El fascismo concibe al Estado como voluntad ética universal creadora de la nación y del derecho. El Estado le da al pueblo conciencia de su unidad moral, una personalidad propia, es decir, una verdadera y efectiva existencia.

k) El Estado ético: La Nación como Estado es una realidad ética que vive y existe en cuanto se desarrolla. El Estado como voluntad ética tiene dos aspectos:

i) Es autoridad que gobierna y da forma legal y valor de vida espiritual a las voluntades individuales;
ii) Es potencia que valoriza su voluntad al exterior, haciéndola reconocer y respetar, demostrando con los hechos la universalidad de todas las determinaciones necesarias de su desarrollo.

l) Contenido del Estado: El Estado fascista constituye la más elevada y poderosa personalidad; es una fuerza en la que resumen todas las fuerzas de la vida moral e intelectual del hombre. Es forma y norma interior: una disciplina de toda persona. El Estado penetra en la voluntad y en la inteligencia... Es el alma del alma.

m) La autoridad: El Estado fascista se desenvuelve en los aspectos siguientes:

i) Es legislador y fundador de instituciones;
ii) Es educador promotor de la vida espiritual; y
iii) Quiere rehacer el contenido moral del hombre: el carácter, la fé.

Y para realizar esos fines quiere autoridad y disciplina que penetren en los espíritus y dominen rivalidades. Por eso, el símbolo y emblema del fascismo es el "fascio littorio" que representa la unidad, la fuerza y la justicia.

2. Postulados imperialistas del Estado Facista

En el Capítulo II, Mussolini comienza haciendo una síntesis sobre los orígenes y desarrollo de la doctrina fascista; y luego, en otros parágrafos comenta temas que, en parte, son nuevos y en parte, son repeticiones o aplicaciones de los ya vistos en el capítulo que hemos resumido en apretada síntesis. De este capítulo sólo mencionaremos los nombres de los temas, por no ser necesario su desarrollo para los fines de este trabajo. El contenido es el siguiente:

a) El fascismo es partidario de la guerra y contario al pacifismo. Concibe la vida como lucha y como deber.

b) La política demográfica del fascismo en relación al prójimo es la de la dominación de éste cuando haya necesidad de la supervivencia del fascista.

c) El fascismo es contrario al materialismo histórico y a la lucha de clases.

d) El fascismo es contrario a las ideologías democráticas. La democracia es un absurdo filosófico, social y político.

e) El fascismo siempre va hacia adelante. Jamás retrocede en el curso de la historia. Su contenido y su forma es una superación de la democracia liberal, cuyo ciclo comenzado en la revolución francesa de 1789 está definitivamente clausurado por el paso de las conquistas sociales.

f) En relación con el Estado liberal que pone por base al individuo, el Estado fascista opone la unidad total de la nación; y por eso el Estado fascista es una unidad fuerte, poderosa y orgánicamente enlazado con el pueblo en lo político, social, cualtural y económico.

g) El Estado fascista considera la religión como una de las más grandes manifestaciones del espíritu, y por eso reconoce a la Iglesia católica como un baluarte de la fé y de la espiritualidad.

h) El Estado tiene una voluntad imperial y exige una disciplina de mando. El no es solo una expresión territorial, militar o mercantil, sino espiritual y moral. El imperio es la tendencia de las naciones a la expansión como una manifestación de vitalidad. Por el contrario, el sometimiento es un signo de decadencia.

i) Los pueblos que nacen y renacen son imperialistas. Los pueblos que perecen son los que renunciaron al enfrentamiento y a la lucha que la naturaleza impone a todo organismo viviente. El imperio requiere disciplina, coordinación de esfuerzos, deber y sacrificio.

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